Los animales han sido
utilizados a lo largo de varios años como modelos de experimentación en los
cuales se han ensayado millones de sustancias que se esperan que de una u otra
forma sean capaces de generar algún beneficio en los seres humanos; sin
embargo, las cantidades desproporcionales de animales utilizados con dicho fin,
han permitido que organizaciones y los mismos investigadores en aras de hacer
un uso responsable y justificado de ellos, hayan buscado reducir las cantidades
de animales o en su defecto han buscado métodos alternativos con los cuales evitar
su uso.
Si bien, fue justificable que
en épocas anteriores se hiciera uso de grandes cantidades de animales con el
fin de evaluar la eficacia y seguridad de alguna sustancia o producto, debido a
los recursos informáticos limitados que se disponían, hoy en día este tipo de
acciones van en contra de los principios éticos, ya que se dispone de gran
cantidad de tecnología, recursos bibliográficos y demás fuentes que pueden
ayudar a encontrar alternativas para hacer un ensayo o en su defecto
justificaran que la utilización de menos
ejemplares significara un resultado igual de concluyente.
Es por ello que es fundamental
realizar las investigaciones necesarias antes de decidir que la única opción
para un ensayo es la utilización de un animal, si este es el caso debe hacerse
un estudio a conciencia en el cual se determine el número exacto de ejemplares
a utilizar para que los resultados obtenidos puedan decirse que son lo
suficientemente representativos.
El
bienestar de los animales utilizados en la investigación es muy importante, existen
suficientes razones éticas, científicas, legales y económicas para asegurarse
de que los animales se cuidan adecuadamente y se utilizan en un número mínimo.
A partir de lo anterior, surgió el principio de las tres erres,
creado en los años 60, el cual plantea el reemplazo, reducción y refinamiento,
como pilares fundamentales en el uso adecuado de animales para la
investigación. En él se entiende como reemplazo, el buscar alternativas de
ensayos en las que no se necesiten animales, por ejemplo, el uso de técnicas in
– vitro, químicas, físicas o computarizadas.
Reducción, propone la
utilización de la cantidad mínima de animales que permitan obtener resultados
científicos satisfactorios o la elección de especies más adecuadas; aquí es
importante tener estrategias como las de compartir animales y mejorar las
estadísticas y por último el refinamiento tiene como objetivo asegurar técnicas
con las cuales se reduzca el dolor del animal, por ejemplo: disminuir la invasividad, mejorar los
instrumentos con el fin de minimizar el estrés
del animal, analizar pequeños volúmenes de muestras, usar medicamentos como analgésicos o
anestésicos, etc. Adicionalmente se debe
considera que, si el animal presenta una enfermedad dolorosa o mortal, debe dársele
una muerte digna antes de que presenten síntomas severos.
Por otro lado, es
indispensable que los ensayos con animales planteados como única opción, siempre
estén justificados. Es por ello que cualquier
investigador que planea utilizar animales en su investigación debe primero
mostrar que no hay alternativa y qué se hará para minimizar el número y el
sufrimiento.
El
adecuado diseño experimental y el análisis estadístico del proyecto de
investigación propuesto permiten utilizar el número óptimo de animales. Si
se utilizan muy pocos animales, entonces puede que los resultados no sean
fiables y el experimento deba repetirse, utilizando más animales, pero, si se
utilizan demasiados animales, los resultados son fiables, pero la vida animal
se ha desperdiciado. Un buen diseño experimental minimizará la
variabilidad y reducirá los sesgos.
Es importante que antes de su
ejecución se hayan agotado todos los recursos disponibles y que las decisiones las
tomen equipos profesionales interdisciplinarios, con el fin de conocer todos
los puntos de vista y escoger la decisión más adecuada, no solamente buscando
el beneficio del proyecto sino también para mantener el bienestar de los
animales durante el desarrollo del mismo. Es por esto que se sugiere que las
investigaciones estén acompañadas por comités de ética independientes en los
cuales se evalúen todos los ensayos que implican seres vivos, con el fin de
minimizar los daños a los cuales se ven expuestos y sobretodo hacer un uso
responsable de cada uno de ellos.
En conclusión, si bien es
cierto que en ocasiones se necesita el uso de animales para realizar ciertos
ensayos, ya sea porque no se ha encontrado un modelo más eficaz para evaluar ciertos
tipos de muestras, el hacer un uso coherente del número de animales a utilizar,
hará que no se expongan cantidades de seres vivos al dolor y al sufrimiento
producto de la aplicación de estas sustancias.
Debemos comprender que, si
bien nos creemos seres superiores debido a nuestra capacidad de razonar, no
debemos convertir esto en una ventaja para hacer un uso indiscriminado de los
animales, ellos al igual que nosotros sentimos dolor ante muchas cosas y así
como a nosotros no nos gustaría ser utilizados como experimento, hay que darles
los mejores cuidados y atenciones que se merecen con el fin de disminuir sus
dolores. Se debe sacar la mayor cantidad de información posible luego de
utilizarlos, con el fin de no tener que repetir pruebas o en su defecto hacer
uso de nuevos animales sabiendo que los utilizados anteriormente aún podrían servirnos
y lo más importante es no alargar su sufrimiento hasta la hora de aplicarles la
eutanasia.
Teniendo en cuenta que los
animales utilizados en ensayos no pueden dejarse vivos ya que podrían
constituir un riesgo sanitario, si se debe tener definido antes de iniciar el
experimento la técnica de eutanasia a utilizar una vez haya finalizado la
investigación, esto con el fin de contemplar todas las variables que se puedan
presentar y evitar al máximo un sufrimiento adicional al animal.
Existen
diversas organizaciones dedicadas a la investigación de métodos alternativos y
a la protección de los animales usados para investigaciones científicas, entre
ellas el Centro Nacional para las 3Rs, creado por el gobierno británico en
2004, el cual financia la investigación y promueve el intercambio de ideas,
información y mejores prácticas asociadas con la experimentación en animales.
Bibliografía
1 1. Understanding Animal Research.
(2014). The three Rs. 16/03/2017, de Understanding Animal Research Sitio web: http://www.understandinganimalresearch.org.uk/
22.
COSCE. (2015). DOCUMENTO COSCE SOBRE EL USO DE
ANIMALES EN INVESTIGACIÓN CIENTÍFICA. 16/03/2017, de COSCE Sitio web:
http://www.cosce.org/pdf/documento_cosce_comision_animal_research.pdf
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