El pensamiento erróneo que tiene el
consumidor sobre la seguridad que presentan los productos cosméticos ha
conllevado a que se generen problemas de salud relacionados con ellos. El hecho
de que las legislaciones de países u organismos gubernamentales los cataloguen
como productos de bajo riesgo, hacen prever que su seguridad es muy alta y es
por ello que muchas veces el consumidor no dimensiona los efectos negativos que
pueden ocurrir con el uso de algún producto cosmético.
Si bien, la clasificación de bajo
riesgo que presentan no es el problema, quizás sí debería hacerse un poco más
de educación con el consumidor con el fin de poderle enseñar no solo la forma
adecuada de utilizarlo, sino también explicarle aspectos básicos como el
almacenaje que se le debe dar al producto y por ende que acciones no deberían hacerse,
como por ejemplo adicionar ingredientes en el producto con el fin de aumentar
la eficacia del mismo.
Aunque muchos fabricantes se excusan
en que el modo de uso del producto viene expuesto en la etiqueta, es cierto que
muchas veces este tipo de información es omitida por el consumidor ya que viene
incluida con datos que resultan insignificantes para él y en ocasiones la información
es demasiado extensa dando como resultados tamaños de letras pequeñas que hacen
poco interesante la revisión de la misma por parte del consumido.
Así mismo, es importante señalar que no
se hacen campañas de educación por parte de los fabricantes y entidades de
vigilancia que permitan proteger al consumidor de posibles problemas de salud
que se puedan generar con el uso de cosméticos. La publicidad no debería hacerse
simplemente con fines de generar ganancias con la venta de un producto sino también
debería enfocarse en motivar al consumidor a que reporte cualquier problema que
presente, a que aprenda a identificar productos falsificados o productos
dañados.
En cuanto a la identificación de
productos dañados, muchas veces este tipo de acciones se da por el uso
inadecuado que se le da al producto, lo cual genera una alteración de las
propiedades fisicoquímicas que muchas veces son fáciles de identificar debido
al cambio de color o de apariencia que suele sufrir el cosmético, pero en
ocasiones este tipo de alteraciones no se manifiesta por cambios físicos lo
cual pone en riesgo la salud del consumidor.
La mayoría de agentes que están asociados
con la contaminación de un cosmético puede ser impurezas propias de los
ingredientes, las cuales no son retiradas o no se disminuyen sus cantidades
para lograr límites de aceptación, así mismo, existen otro tipo de agentes contaminantes
llamados microorganismos, los cuales se
pueden adherir a la formulación a lo largo de la cadena de fabricación, es por
ello que se deben establecer los puntos críticos en los cuales sea obligatorio
hacer la evaluación de la presencia de estos seres, este tipo de evaluación puede
ser cualitativa y cuantitativa.
Controles de este tipo le permitirán al
fabricante generar productos seguros y estables, sin embargo, bien es cierto
que para fijar la estabilidad del producto, se debe tener en cuenta el tiempo
en el que este permanece almacenado hasta que llega y es usado por el
consumidor el cual suele ser bastante extenso, es por ello que se debe incluir en
la formulación ingredientes que permitan mantener esta característica durante todo este tiempo, es por ello, que se suele agregar un
sistema preservante con el fin de mantener en condiciones óptimas el producto
para que pueda ser usado por el consumidor sin llegarle a producir ningún tipo
de problema de salud.
Sin embargo, es bueno resaltar que,
aunque muchas veces el fabricante se esmere en diseñar una fórmula adecuada y
ajustar en ella el sistema preservante más compatible y eficiente, el simple
hecho de que el consumidor haga un mal uso del producto puede dañarlo
completamente, generando no solo la perdida de la eficacia del mismo sino
pudiendo colocar en riesgo su salud.
Es todo esto, lo que hace que necesario
establecer campañas que enseñen al consumidor a realizar un uso correcto del cosmético,
en las que se expongan las consecuencias de aspectos como dejar el envase
destapado, hacer adición de agua, tener deficientes condiciones higiénicas y almacenar
en condiciones inadecuadas de temperatura y humedad, aspectos básicos como los
anteriores contribuirán a evitar una degradación del producto, viéndose comprometida
su calidad y la seguridad de uso.
Estas prácticas son de vital
importancia ya que muchas formulaciones contienen un elevado porcentaje de agua
y a que muchos de los ingredientes utilizados pueden ser degradados
biológicamente por microorganismos, como lo son los carbohidratos, péptidos, proteínas,
vitaminas, etc. Es por ello que se deben evitar proporcionar condiciones
ideales de contenido en agua, oxígeno y nutrientes, necesarios para el adecuado
desarrollo de los microorganismos.
En conclusión, se hace necesario encontrar
el equilibrio entre la eliminación de la contaminación microbiana asegurando
condiciones ideales de fabricación y manipulación e incentivando al consumidor
a hacer un uso adecuado del producto que permita mantener su calidad e
inocuidad para que satisfaga sus necesidades como consumidor, a la vez que resulten seguros en condiciones normales de
utilización.
Bibliografía
1. Sonia Leranoz. (2002). Conservantes cosméticos.
ELSEVIER, 21, 74-77.
No hay comentarios:
Publicar un comentario