jueves, 9 de febrero de 2017

Mitos y verdades sobre los productos cosméticos



La industria cosmética es sin lugar a duda una de las más importantes en la actualidad, cuenta con grandes avances en materia de tecnología e investigación que han dado lugar al desarrollo de nuevos productos los cuales en su mayoría cumplen y satisfacen las necesidades de los clientes; sin embargo, vale aclarar que todas las empresas no invierten parte de sus ganancias en generar productos eficaces y seguros para la población y que por ende su objetivo esta simplemente en crecer económicamente. 

Lo anterior se evidencia en el gasto desproporcional que muchas empresas realizan en temas de publicidad; vale la pena señalar que esto tiene como fin lograr el posicionamiento de los productos en el mercado, lo cual significa que muchas campañas, comerciales, folletos y demás estrategias usadas para esto, contienen en su mayoría información falsa sobre los beneficios del producto; es por esto que la industria cosmética ha sido cuestionada en muchas ocasiones, ya que la eficacia y seguridad de algunos de sus productos ha quedado en  entredicho y esto, se debe quizás, a que la inversión  en estos temas no es la adecuada y simplemente lo más importante para muchas empresas es sacar productos al mercado para vender sin que se les realicen pruebas previas que demuestren la calidad, estabilidad, eficacia y seguridad de los mismos.

Teniendo en cuenta que todos somos consumidores, es importante que indaguemos un poco de todo aquello que adquirimos, que investiguemos teniendo en cuenta que en la actualidad la información se encuentra fácilmente disponible; sin embargo, cabe resaltar que, así como hay grandes cantidades de información, conocer qué corresponde a la verdad y qué no, resulta un poco difícil.  No obstante, entidades sanitarias, reconocidas agencias de noticias, suelen sacar alertas, artículos, avisos, etc, sobre engaños y problemas generados con algunos productos cosméticos.

Por esta razón, es fundamental que como consumidores aprendamos a leer las etiquetas de los productos, conocer las indicaciones de uso y estar atentos a los efectos adversos que se puedan generar y que alerten sobre la necesidad de suspender la utilización del producto; hay que tener en cuenta que los síntomas como ardor, comezón entre otros no reflejan la efectividad del producto, ni muchos menos el hecho de que éste está actuando, quizás muchos de estos mitos asociados a la aparición de ciertos efectos molestos  enmascaran problemas de seguridad de los mismos.  Es muy importante identificar la información que se encuentra en la etiqueta de un producto cosmético, revisar con atención los textos y asegurarse de que se pueden usar sin correr ningún riesgo para la salud.

Por otro lado, hay que tener cuidado con la publicidad que recibimos diariamente ya que muchas veces se engaña al consumidor y se prometen beneficios que en realidad no van a ocurrir con un producto.  Si bien este tipo de cosas deberían tener un control con el fin de proteger y evitar futuras decepciones y problemas, también es cierto que frecuentemente la normativa existente sobre estos temas es sumamente laxa para controlar todo esto, lo cual permite que las empresas aprovechen estos vacíos jurídicos para ofrecer bienes y servicios continuamente sin la vigilancia adecuada. Es importante que las entidades regulatorias de los países controlen la publicidad utilizada, ya que usualmente termina en riesgo la vida de alguien por productos que salen al mercado, sin ningún tipo de registro sanitario o estudios que avalen su eficacia y seguridad.

Si bien es cierto que existen las problemáticas anteriormente mencionadas, cabe resaltar que como consumidores tenemos la obligación de avisar y alertar las inconformidades que veamos frente a un producto, ya que de esta forma ayudaremos a que otras personas no sean estafadas, y a la vez evitaremos que las empresas se lucren con base en información falsa.   Hay que tomar conciencia para no seguir siendo ingenuos frente a los productos que nos ofrecen, hay que saber y aceptar que los milagros en cuanto a cosméticos no existen y que los comerciales los realizan las compañías con fines promocionales, en los cuales, en algunos casos, se exagera y se altera la realidad. 

En conclusión, como usuarios debemos hacer un uso responsable de los productos que adquirimos, no debemos creer en toda la información que llega a nosotros, debemos saber que como en otras industrias la cosmética no es ajena a los engaños y falsedades.  Aunque existen empresas que se esmeran por cumplir con todos los aspectos técnicos y legales de los productos que sacan al mercado, también están aquellas para las cuales simplemente cuenta el hecho de beneficiarse económicamente sin pensar en los problemas de salud que pueden llegar a ocasionar.

La recomendación principal de todo esto radica en saber informarse, utilizar las etiquetas, insertos o prospectos incluidos en algunos productos con información más específica como recomendaciones y advertencia acerca del uso del producto: como medio para evitar inconvenientes durante la aplicación; igualmente es importante realizar cierto tipo de acciones seguras como tener las manos limpias para aplicar los productos, hacer un uso personal de los mismos como en el caso del maquillaje ya que de esta forma contribuiremos a hacer un uso responsable y evitar problemas de salud.


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