La industria cosmética es sin lugar a duda una de las más importantes en la actualidad, cuenta con grandes avances en materia de tecnología e investigación que han dado lugar al desarrollo de nuevos productos los cuales en su mayoría cumplen y satisfacen las necesidades de los clientes; sin embargo, vale aclarar que todas las empresas no invierten parte de sus ganancias en generar productos eficaces y seguros para la población y que por ende su objetivo esta simplemente en crecer económicamente.
Lo anterior se evidencia en
el gasto desproporcional que muchas empresas realizan en temas de publicidad; vale
la pena señalar que esto tiene como fin lograr el posicionamiento de los
productos en el mercado, lo cual significa que muchas campañas, comerciales,
folletos y demás estrategias usadas para esto, contienen en su mayoría
información falsa sobre los beneficios del producto; es por esto que la
industria cosmética ha sido cuestionada en muchas ocasiones, ya que la eficacia
y seguridad de algunos de sus productos ha quedado en entredicho y esto, se debe quizás, a que la
inversión en estos temas no es la
adecuada y simplemente lo más importante para muchas empresas es sacar
productos al mercado para vender sin que se les realicen pruebas previas que
demuestren la calidad, estabilidad, eficacia y seguridad de los mismos.
Teniendo en cuenta que
todos somos consumidores, es importante que indaguemos un poco de todo aquello
que adquirimos, que investiguemos teniendo en cuenta que en la actualidad la
información se encuentra fácilmente disponible; sin embargo, cabe resaltar que,
así como hay grandes cantidades de información, conocer qué corresponde a la
verdad y qué no, resulta un poco difícil. No obstante, entidades sanitarias, reconocidas
agencias de noticias, suelen sacar alertas, artículos, avisos, etc, sobre
engaños y problemas generados con algunos productos cosméticos.
Por esta razón, es fundamental que como consumidores
aprendamos a leer las etiquetas de los productos, conocer las indicaciones de uso
y estar atentos a los efectos adversos que se puedan generar y que alerten
sobre la necesidad de suspender la utilización del producto; hay que tener en
cuenta que los síntomas como ardor, comezón entre otros no reflejan la
efectividad del producto, ni muchos menos el hecho de que éste está actuando,
quizás muchos de estos mitos asociados a la aparición de ciertos efectos
molestos enmascaran problemas de
seguridad de los mismos. Es muy importante identificar la
información que se encuentra en la etiqueta de un producto cosmético, revisar
con atención los textos y asegurarse de que se pueden usar sin correr ningún
riesgo para la salud.
Por otro lado, hay que
tener cuidado con la publicidad que recibimos diariamente ya que muchas veces
se engaña al consumidor y se prometen beneficios que en realidad no van a
ocurrir con un producto. Si bien este
tipo de cosas deberían tener un control con el fin de proteger y evitar futuras
decepciones y problemas, también es cierto que frecuentemente la normativa
existente sobre estos temas es sumamente laxa para controlar todo esto, lo cual
permite que las empresas aprovechen estos vacíos jurídicos para ofrecer bienes
y servicios continuamente sin la vigilancia adecuada. Es importante que las
entidades regulatorias de los países controlen la publicidad utilizada, ya que usualmente
termina en riesgo la vida de alguien por productos que salen al mercado, sin
ningún tipo de registro sanitario o estudios que avalen su eficacia y
seguridad.
Si bien es cierto que
existen las problemáticas anteriormente mencionadas, cabe resaltar que como
consumidores tenemos la obligación de avisar y alertar las inconformidades que
veamos frente a un producto, ya que de esta forma ayudaremos a que otras
personas no sean estafadas, y a la vez evitaremos que las empresas se lucren
con base en información falsa. Hay que tomar
conciencia para no seguir siendo ingenuos frente a los productos que nos
ofrecen, hay que saber y aceptar que los milagros en cuanto a cosméticos no
existen y que los comerciales los realizan las compañías con fines
promocionales, en los cuales, en algunos casos, se exagera y se altera la
realidad.
En
conclusión, como usuarios debemos hacer un uso responsable de los productos que
adquirimos, no debemos creer en toda la información que llega a nosotros,
debemos saber que como en otras industrias la cosmética no es ajena a los
engaños y falsedades. Aunque existen
empresas que se esmeran por cumplir con todos los aspectos técnicos y legales
de los productos que sacan al mercado, también están aquellas para las cuales
simplemente cuenta el hecho de beneficiarse económicamente sin pensar en los
problemas de salud que pueden llegar a ocasionar.
La
recomendación principal de todo esto radica en saber informarse, utilizar las
etiquetas, insertos o prospectos incluidos en algunos productos con información
más específica como recomendaciones y advertencia acerca del uso del producto: como
medio para evitar inconvenientes durante la aplicación; igualmente es
importante realizar cierto tipo de acciones seguras como tener las manos
limpias para aplicar los productos, hacer un uso personal de los mismos como en
el caso del maquillaje ya que de esta forma contribuiremos a hacer un uso
responsable y evitar problemas de salud.
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